sábado, 22 de septiembre de 2007

Por una evaluación autentica. No más pruebas .

En primer lugar el autor hace una revisión de la visión que se ha tenido o desarrollado de la evaluación a nivel histórico y metodológico, partiendo con la evolución entendida como un juicio, luego como medición, como logros de objetivos y finalmente como un medio que permite la toma de decisiones mediante la recolección de evidencia.

En un segunda instancia deja en evidencia la inmensa distancia que existe entre el nivel teórico y el que hacer docente respecto a la evaluación, ya que a nivel docente se entiende esta como un suceso separado y distinto al proceso de enseñanza – aprendizaje. Además hace notar al citar a Santos Guerra que existe todo un contexto a nivel institucional escolar y extra aula que permite que este “divorcio” se mantenga.

Es así como señala como idea central que hoy es necesario dar más importancia a la evolución de proceso que permiten el auge de ciertas capacidades y habilidades de pensamiento y su relación con la vida real, lo cual solo será posible con una evaluación personalizada y multidimencional (evaluación autentica) exactamente lo contrario a lo que practica en el sistema educacional orientado a una enseñanza homogénea de masas.

El autor atribuye a una falsa idea de objetividad “cientificidad” la persistencia de elementos evaluativos tradicionales además dicha connotación es o se cree aceptada y difundida por el resto de la sociedad. Además plantea que si bien una prueba puede en algún grado representar un tipo de aprendizaje, este depende en gran medida de la calidad del instrumento y solo es aplicable a un grupo homogéneo sometido a igual cantidad de estímulos, ya que, en si este tipo de evaluación no contempla el contexto y es ahí donde esta el error de implantarlas como barreras dentro del sistema formal como lo son por ejemplo el simce o la PSU, lo cual señala, genera un grado de ansiedad en el estudiante que no permite la expresión real de sus capacidades. Es en este contexto que surge la evaluación autentica para superar las fallas del actual sistema evaluativo centrado en pruebas cuyas características son:
La evaluación centrada en proceso, la recolección de evidencia por diversos medios, la utilización del la meta cognición el rol del profesor como mediador y la evaluación como parte integral del proceso enseñanza aprendizaje.

Lo que se busca en definitiva es establecer un puente real entre la realidad del alumno con el proceso de enseñanza aprendizaje, lo más fluido y natural posible desarrollando en ello sus potencialidades y estructuras cognitivas que evidentemente no se desarrollan en las pruebas, por ende este nuevo paradigma la muestra caduca. Ante lo cual Ahumada señala una serie de principios que debe llevar implícito la evaluación, debe ser permanente y dentro del mismo proceso debe ser un indicador no una sentencia debe tener carácter diagnostico, formativo y sumativo, debe incorporar a todos los actores del proceso y por ultimo debe emplear diferentes instrumentos de evaluación que den respuestas a la variada gama de formas de aprender, además de la integración de saberes.